lunes, 25 de enero de 2010

Quijote y Gaucho: EDMUNDO RIVERO


BOLETÍN DEL ESTUDIO TANGO. (enero/94)



El sábado 18 de enero de 1986, a las 10,30 horas, el corazón de EDMUNDO LEONEL RIVERO determinó con su inacción, la partida de un genial artista y ser humano sembrador de amistad.
Señalar a Nuestro Evocado sólo como cantor/creador, es parcializar su obra que fue completa y abarcó varias disciplinas. Profesional brillante de la guitarra, recibió las primeras enseñanza en su hogar, que incrementó con estudios académicos. Acompañó a las más prestigiosas voces del 30/40, vuelca su carrera en el canto, logrando primero, gran rechazo de parte de los directivos de emisoras y sellos grabadores, por su personal registro.
Incluso tuvo apariciones fugaces en el cine nacional, como ser en “Fortín Alto” (1944) film dirigido por Luis Moglia Barth, con libro de Homero Manzi y el protagonismo de Ignacio Corsini y Agustín Irusta, que realiza con EDMUNDO una payada.
Seguidor de los lineamientos del Gran Creador, RIVERO innovó lúcidamente, junto a un calificado número de profesionales, como Charlo, Alberto Castillo, Floreal Ruiz, Goyeneche, etc.
Practicó y manejó el lunfardo con ingenio creativo y musicalizó temas propios y textos de Carlos de la Púa, Dante Linyera, Luis Alposta, que acreditaron su nombramiento de titular del Sillón Carlos Gardel, en la Academia Porteña del Lunfardo. Cátulo Castillo lo bautizó “EL Quijote de Buenos Aires”, la inolvidable despedida de la típica de Aníbal Troilo celebrada en el estudio mayor de LR1 El Mundo, donde cantó el tango “Silencio”. Pichuco habló en nombre de los muchachos de la orquesta y le entregó una medalla de oro, donde reza “AL GAUCHO RIVERO”.
Con estas pobres y sentidas palabras, sirvan para evocar a un grande la Cultura Nacional, que honró la musica popular y jerarquizó al Tango; a ocho años de su desaparición física.

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