lunes, 25 de enero de 2010

CARLOS GARDEL en Avellaneda.


...FÚTBOL, timbas y carreras eran cosas indecentes...




El siglo transcurrido desde el 11 de diciembe de 1890, en Toulouse, donde nació NUESTRO EVOCADO, nos lleva a transitar sendas que resulten de verdadera proyección. Salteando ex profeso una inmensa cantidad de fábulas, que no aportan, pero sí confunde al público no muy informado y ávido de datos genuinos. La tarea no es fácil, pero lo intentaremos.
Centrando nuestro comentario de acuerdo con el título y omitiendo las veces que llegó a la cabecera del ex partido de Barracas al Sud, para actuar como cantor exclusivamente.
Insisto que CARLOS fue un permanente inquilino nuestro, que cosechó y mantuvo amistad con varios lugareños, afirmando que por gestiones del Intendente don Alberto Barceló, ante el Jefe de la Policía bonaerense, éste emitió una cédula de identidad a nombre de su seudónimo artístico, figurando como nacido en nuestra ciudad. Exhibida en el Museo del Teatro Nacional Cervantes, de Córdoba y Libertad, en la Capital.
El coleccionista Víctor Sacullo, que integró por años la Peña El Organito, poseía y fue publicado, el carnet de GARDEL, como asociado al Rácing Club; en cuyo primer equipo formaba el ala derecha de su ataque - utilizando el léxico deportivo antiguo - Natalio Perinetti y Pedro Ochoa, ambos gozaron de la admiración y amistad, en modo especial el último.
Existen también testimonios de su admiración por Seoane y “Mumo” Orsi, quien alguna vez estando concentrando con la Selección Nacional, en Europa, lo acompañó con su violín, cuando el CANTOR los visitaba en la concentración y les ofrecía su canto.
Resulta obvio aclarar que si bien gustaba del fútbol, su pasión era el “Deporte de los Reyes” y accesoriamente, solía tentar suerte en la “carpeta”, llegándose a este lado del Riachuelo, en las muchas casas de juego existentes por las tres primeras décadas de este siglo, especialmente. Dado que varias cesaron en ese metier en 1943.
Junto al “Negro” Celedonio Flores llegaba invitado o no, al rancho de Leales y Pampeanos, encabezado por Amadeo Desiderato y Amaro Giura, otros socios como Roberto Roncayoli, los Ruggiero, más los poetas Bartolomé Aprile, Enrique Uzal.
Estas “tenidas” eran más que frecuentes y fue por 1933, último año de GARDEL en la Argentina, exactamente el 27 de setiembre, se lo ofreció con motivo de su próxima gira, una cena y a su término llegó la consabida guitarreada y cantó el agasajado. Cabe pensar que la intención era cenar, dado que Gardel no había traído a sus “escobas”.
Se generó una movilización vecinal que colmó las instalaciones del rancho, recurriéndose al amplio local de la Congregación Mariana , sita en Sarmiento 37, que también resultó insuficiente y fue necesario recurrir al Intendente, que cedió la sala del Teatro Roma, pero tampoco alcanzó. La gente desbordó los espacios.
A puertas abiertas los asistentes colmaron el foyer y cerraron el paso en la calle Sarmiento, incluída la acera opuesta al teatro, finalizando cerca de las tres de la madrugada, existiendo - afortunadamente - testigos que confirman ese final, para esta función improvisada y pública que se realizó a pesar de ser un día laboral.
Lo explicado no pretende un relato totalizador, sólo aportar aspectos principales, con la intención de narrar sucesos pocos conocidos, sobre este artista sobre el cual se han volcado verdaderos ríos de tinta en trabajos, sobre su vida y trayectoria.
En la despedida a CARLOS, el 5 de noviembre, en el stud de Maschio, junto a lo más granado del turf y de la farándula, estaban allí Giura, con una delegación de Leales y Pampeanos, como lo aporta el historiador Miguel A. Morena, en su obra Historia Artística de Carlos Gardel. Cuando llegaron los restos mortales en febrero de 1936, desde Medellín, nuestra institución gaucha encargó a la aviadora Carola Lorenzini, que desde su avioneta arrojara sobre el feretro un poncho, que se conserva en el mausoleo del ZORZAL, de la Chacarita.

1 comentario:

  1. Buenas tardes. El poncho ya no se encuentra sobre su féretro. Lo han llevado a su casa museo (no hay explicación) Tampoco hay explicación sobre el por qué se llevaron los cubre ataúdes del mausoleo de La Chacarita, que siguen sin "aparecer". Saludos cordiales y gardelianos.

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