sábado, 2 de enero de 2010

ISMAEL SPITALNIK


(publicado en noviemb/99) TANGO Y LUNFARDO


El 12 de octubre pasado, en Ramos Mejía, se apagaba la vida de ISMAEL SPITALNIK, bandoneonista, compositor, director y arreglador de muy prolongada trayectoria en el tango. Una cruel enfermedad, desde hace tiempo lo había abatido. Por lo que sus últimos días, fueron un resignado esperar un alivio que no llegó.
Porteño nacido el 27 de agosto de 1919 y desde muy pequeño llegó a la música y el bandoneón, con el maestro José Junissi (hermano de Alejandro), realizó sus primeros estudios y comenzó a foguearse en el conjunto que su profesor dirigía. Adolescente integra con el pianista Armando Cupo, su propia agrupación, encaran una gira por Córdoba y Santa Fe. Retornando se vincula con Emilio Balcarce, por breve tiempo actúa en el Típica Novel Integró como primer bandoneón y arreglador con la última orquesta que dirigió Juan C. Cobián y recala con Angel D'Agostino hasta 1943.
Su actuación ajetreada, no fue obstáculo para continuar sus estudios con Jacobo Fischer, en armonía y composición, recibió lecciones con Paco Requena. Junto a este tarea de estudio y trabajo constante, culminó la carrera de Químico Industrial.
Desvinculado de D'Agostino en 1944, participa de la primer orquesta de Horacio Salgán. Luego en 1945 cuando Miguel Caló debe afrontar la deserción masiva de sus integrantes, allí estará ISMAEL, encabezando la fila de bandoneones.
Sus ansias de dirigir las concreta cuando Fiorentino, debe cubrir la ausencia de Piazzolla y lo reclamó, como director y arreglador, del conjunto que prestaba marco musical a su voz.
Realizó igual tarea acompañando a Raúl Iriarte y posteriormente a Hugo del Carril y Aldo Calderón, éste, luego de cantar con Pichuco.
Intensifica sus estudios como una meta fija, volcándose a la instrumentación y arreglos, de importantes directores como Troilo y Francini-Pontier, más la Editorial Julio Korn. En 1956 se incorpora a la orquesta de Osvaldo Pugliese, con quién compartía ideas políticas. Estuvo con el autor de La Yumba hasta 1961, integrando las formaciones que actuaron por la Unión Soviética y China.
Realiza un prolongado paréntesis hasta 1987, quebrado por la actuación que realiza en una gira de gran repercusión por ciudades de la URSS, que marca su reingreso en la música, que siempre alternó con la otra profesión de químico.
En 1990 se presentó con un septimino de excelentes instrumentistas, con Normando Lazzara (piano), Carlos Piccione y Gabriel Rivas (violines) Osvaldo Gurnitz (contrabajo), Andrés Rivas (viola) y Patricio Villarejo(cello). Con casi igual agrupamiento, tocaron en Canal Sólo Tango, con la denominación de "Bien Milonga". Así resumimos a grandes trazos su trayectoria como músico y director.

El arreglador
En todos estos años se interesó mucho por este tipo de tarea musical, el arreglo, logrando verdaderos aciertos, para adaptar una obra original a determinados estilos orquestales. Prueba de esa labor que realizó para Francini-Pontier, Pugliese, Basso y sobre todo para Aníbal Troilo. En ésta dejó una "perlita" modelo de buen gusto, con adecuado juego de sonidos y voces, escribiendo un sólo de violín notable para David Díaz: La Viajera Perdida.
Para sus propios conjuntos o en orquestaciones volcadas en partituras de la editorial Julio Korn, mostró una especial ductilidad y muy tanguera, moderna, pero sin excesos, en donde la esencia del tango esta presente. Fue evolucionado, pero hasta el límite donde el tango, mantiene su nombre y forma.
Todas estas propuestas se advierten como nunca en el señalado septeto "Bien Milonga", ya mencionado donde el dirigía de su bandoneón.

El Compositor
Las mejores obras fueron, desde nuestra óptica, aquella serie de tangos milonga de corte moderno: Fraternal, Bien Milonga, Anónimo, Gente amiga, etc. En los cantables, podemos nombrar, el primero: Todo Terminó, San Pedro y San Pablo, Ni me Entregó ni me voy.
Otros instrumentales son los que integran los homenajes a: Bandoneón Melancólico y Presencia Tanguera (ambos a Pichuco), De Buena Estampa ( a Alfredo Gobbi) y El Troesma( a Osvaldo Pugliese).

El ciudadano/músico
Fue un hombre extremadamente sencillo, de arraigadas convicciones políticas. Vivió desentendido de la promoción publicitaria. En su faz exterior era al decir actual, de perfil muy bajo. Hasta la manera de ejecutar su instrumento era pausado, sin alharaca, abriendo su fueye lo necesario. Sin poses, ni desbordes o movimientos exagerados. Así vivió y también murió austera y dignamente. Como dueño de ideales y un profesional de méritos notables.

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