(Publicado el 31/7/01)
El gran estilista.
La música mas bella del mundo, como gran género es abarcativo de divisiones, a saber: danza, poesía, cancionística, literatura, más la incidencia en teatro, cine, radio y plástica. En cuanto a música se puede calificar de sub-género a la Guardia Vieja, la Nueva y entre ésta queda bien definido el Tango/romanza del que fueron sus fundadores Delfino, Cobián y Geroni Flores. Así formando un ariete con los mismos y lo pergeñado por Arolas, Bardi y José Martínez, surge el gran realizador FRANCISCO DE CARO, que partió hace 25 años el 31/7/76.
Su talento puso en los atriles de los conjuntos líderes de la Década del 20, todo ese invalorable bagaje en los sextetos que terminaron con las “parrillas”. Historiadores lúcidos afirmaron que la música entró al Tango, a través de aquellos pianistas/arregladores como NUESTRO EVOCADO, José Ma. Rizzuti o Eduardo Pereira. Francisco siempre rechazó su mención de las marquesinas y cuando lo interrogaron sobre el supuesto liderazgo de Julio, respondió: “Cada uno cumple su misión”. Además supo interpretar cada época dejando pruebas que muestran su evolución desde las primeras composiciones de neto corte milonguero, como Mala pinta, La Mazorca, Va Cayendo Gente al Baile, algunas co-escritas con Julio, que denotan quienes eran sus destinatarios “cajetillas bell epoque”, milongueros de smocking y Pommery, descansando a la vera de la pileta de natación del Moulin Rouge porteño, el Chantecler de Paraná 450.
En las orquestaciones puso en vigencias todos los autores ya nombrados y a los jóvenes como, Maffia, Laurenz, Demare, Pugliese, haciendo la escuela decareana que sobrevivió y fundamentó otra década famosa “el 40”. En lo pianístico quedaron herederos como Mora, Pascual, Armando Federico, Scalise, Goñi. Su etapa creadora la cumple avanzando y dando tanguedad al “Impresionismo” .
Corriente creada por el pintor Claudio Monet (1840/1926) en París, que encontrará su co-relato en la música a través de Debussy y Ravel. Bastaría escuchar de este último su “Bolero” y luego el tango “Flores Negras”, en particular; sin atisbo de plagio, realmente les recomiendo este simple ejercicio para valorar a FRANCISCO DE CARO.
Un músico culto que usó la armonía, potenciando la búsqueda del timbre y las vibraciones, pero siempre tanguero; con un caudal de obras como Mi Diosa, Sueño Azul, Ideal, Un Poema, Loca Bohemia, El Baguel, por citar algunas. Insisto con la recomendación donde los amigos lectores, comprobarán las bondades y excelencias, de este innovador de la música nacional y su trascendencia. Como oyente sensible lo elevará de la diaria tilinguería, del riesgo país, la sensación térmica y otras yerbas que debemos soportar, con estos laureles que supimos conseguir, hoy están tan mustios y los padecemos.....
El gran estilista.
La música mas bella del mundo, como gran género es abarcativo de divisiones, a saber: danza, poesía, cancionística, literatura, más la incidencia en teatro, cine, radio y plástica. En cuanto a música se puede calificar de sub-género a la Guardia Vieja, la Nueva y entre ésta queda bien definido el Tango/romanza del que fueron sus fundadores Delfino, Cobián y Geroni Flores. Así formando un ariete con los mismos y lo pergeñado por Arolas, Bardi y José Martínez, surge el gran realizador FRANCISCO DE CARO, que partió hace 25 años el 31/7/76.
Su talento puso en los atriles de los conjuntos líderes de la Década del 20, todo ese invalorable bagaje en los sextetos que terminaron con las “parrillas”. Historiadores lúcidos afirmaron que la música entró al Tango, a través de aquellos pianistas/arregladores como NUESTRO EVOCADO, José Ma. Rizzuti o Eduardo Pereira. Francisco siempre rechazó su mención de las marquesinas y cuando lo interrogaron sobre el supuesto liderazgo de Julio, respondió: “Cada uno cumple su misión”. Además supo interpretar cada época dejando pruebas que muestran su evolución desde las primeras composiciones de neto corte milonguero, como Mala pinta, La Mazorca, Va Cayendo Gente al Baile, algunas co-escritas con Julio, que denotan quienes eran sus destinatarios “cajetillas bell epoque”, milongueros de smocking y Pommery, descansando a la vera de la pileta de natación del Moulin Rouge porteño, el Chantecler de Paraná 450.
En las orquestaciones puso en vigencias todos los autores ya nombrados y a los jóvenes como, Maffia, Laurenz, Demare, Pugliese, haciendo la escuela decareana que sobrevivió y fundamentó otra década famosa “el 40”. En lo pianístico quedaron herederos como Mora, Pascual, Armando Federico, Scalise, Goñi. Su etapa creadora la cumple avanzando y dando tanguedad al “Impresionismo” .
Corriente creada por el pintor Claudio Monet (1840/1926) en París, que encontrará su co-relato en la música a través de Debussy y Ravel. Bastaría escuchar de este último su “Bolero” y luego el tango “Flores Negras”, en particular; sin atisbo de plagio, realmente les recomiendo este simple ejercicio para valorar a FRANCISCO DE CARO.
Un músico culto que usó la armonía, potenciando la búsqueda del timbre y las vibraciones, pero siempre tanguero; con un caudal de obras como Mi Diosa, Sueño Azul, Ideal, Un Poema, Loca Bohemia, El Baguel, por citar algunas. Insisto con la recomendación donde los amigos lectores, comprobarán las bondades y excelencias, de este innovador de la música nacional y su trascendencia. Como oyente sensible lo elevará de la diaria tilinguería, del riesgo país, la sensación térmica y otras yerbas que debemos soportar, con estos laureles que supimos conseguir, hoy están tan mustios y los padecemos.....
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