(Publicado el 23/10/90)
En la mañana del 23 de setiembre de 1987, se paralizó el pulso de los que integramos ese universo, tan particular del Tango, con repercusión en la Poesía Nacional, al difundirse la noticia del deceso de HOMERO ALDO EXPÓSITO.
Hombre oriundo de Campana, nació en 1918, pero su infancia y juventud transcurrieron en Zárate, el secundario lo cursa en la Capital y por sus bisoños méritos es premiado por la Academia Literaria del Colegio San José, donde cursaba. Ya se vislumbra su pasión por la letras. Materializa la misma al ingresar en Filosofía y Letras. Abandona los claustros universitarios al sentir el llamado de la bohemia nochera, donde transitó y será "El Poeta del 40". Siendo también artífice junto a Troilo y Pontier de esa década irrepetible.
HOMERO creó con su poética una elevación notable en letras tangueras y melódicas, creando con su hermano Virgilio, principal colaborador en toda la producción, sin distingo de ritmos. Lograron plasmar "La Cancionística", especialidad que sigue utilizando en Sadaic, para examinar a los aspirantes a socios activos de la entidad.
Los comienzos del Poeta registran la canción No Vendrás y el tango Rodando, estrenado por Libertad Lamarque, marcaron una cadena de notables sucesos, en milongas, valses y tangos, tales como Tristeza de la calle Corrientes, Percal, Pueblito de Provincia, Naranjo en Flor, Yo soy el tango, Tu Casa ya no Está, Al compás del corazón, Yuyo Verde, Margo, Óyeme, Libre, Pigmalión, etc.
Nuestro Poeta utilizó nueva métricas que incluyen sus conocimientos musicales, su sensibilidad y logra introducir la metáfora y la síntesis, con sistema y lucidez. Pero el público de los primeros tramos del '40 , rozó en la extrañeza, dado que rompía moldes muy acendrandos en el género. El tiempo será su aliado y logra que el mensaje sea captado y lo consagra como ídolo innovador, en época nada fácil donde debía imponer lo suyo, frente a figuras en plenitud de la talla de Discépolo, Manzi, Cadícamo, Contursi (h), Cátulo, García Jiménez, etc.
Requirió a hombres de su misma generación, para musicalizar las obras, como Domingo Federico, Pontier, Francini, Stamponi, Maderna, Galván, más adelante a Troilo, Atilio, Eladia, que evidenció el "olfato" para seleccionar sus colaboradores.
Expone en toda su obra una agudeza inspirada, que muestran su temporaneidad, manejado con la exacta medida de "Asfalto y biblioteca", esos asertos que estampó para siempre, ...tal vez nos enteramos mal/.... de tanto usar el gris te ciegues con el sol... la cita puede seguir e incluso sería tediosa. Fallecido Discépolo dejó obras inclusas, Expósito termina Fangal y Un tal Caín, por una extraña jugada del tiempo, me imagino a Enrique, pasando la posta.
A tres años de la partida de este Poetazo, que trascendió el Tango, su obra será más valorada aún con el correr del tiempo y la incorporación de las nuevas legiones de público. Los creadores trascienden los tiempos, "después que importa del después".
Hombre oriundo de Campana, nació en 1918, pero su infancia y juventud transcurrieron en Zárate, el secundario lo cursa en la Capital y por sus bisoños méritos es premiado por la Academia Literaria del Colegio San José, donde cursaba. Ya se vislumbra su pasión por la letras. Materializa la misma al ingresar en Filosofía y Letras. Abandona los claustros universitarios al sentir el llamado de la bohemia nochera, donde transitó y será "El Poeta del 40". Siendo también artífice junto a Troilo y Pontier de esa década irrepetible.
HOMERO creó con su poética una elevación notable en letras tangueras y melódicas, creando con su hermano Virgilio, principal colaborador en toda la producción, sin distingo de ritmos. Lograron plasmar "La Cancionística", especialidad que sigue utilizando en Sadaic, para examinar a los aspirantes a socios activos de la entidad.
Los comienzos del Poeta registran la canción No Vendrás y el tango Rodando, estrenado por Libertad Lamarque, marcaron una cadena de notables sucesos, en milongas, valses y tangos, tales como Tristeza de la calle Corrientes, Percal, Pueblito de Provincia, Naranjo en Flor, Yo soy el tango, Tu Casa ya no Está, Al compás del corazón, Yuyo Verde, Margo, Óyeme, Libre, Pigmalión, etc.
Nuestro Poeta utilizó nueva métricas que incluyen sus conocimientos musicales, su sensibilidad y logra introducir la metáfora y la síntesis, con sistema y lucidez. Pero el público de los primeros tramos del '40 , rozó en la extrañeza, dado que rompía moldes muy acendrandos en el género. El tiempo será su aliado y logra que el mensaje sea captado y lo consagra como ídolo innovador, en época nada fácil donde debía imponer lo suyo, frente a figuras en plenitud de la talla de Discépolo, Manzi, Cadícamo, Contursi (h), Cátulo, García Jiménez, etc.
Requirió a hombres de su misma generación, para musicalizar las obras, como Domingo Federico, Pontier, Francini, Stamponi, Maderna, Galván, más adelante a Troilo, Atilio, Eladia, que evidenció el "olfato" para seleccionar sus colaboradores.
Expone en toda su obra una agudeza inspirada, que muestran su temporaneidad, manejado con la exacta medida de "Asfalto y biblioteca", esos asertos que estampó para siempre, ...tal vez nos enteramos mal/.... de tanto usar el gris te ciegues con el sol... la cita puede seguir e incluso sería tediosa. Fallecido Discépolo dejó obras inclusas, Expósito termina Fangal y Un tal Caín, por una extraña jugada del tiempo, me imagino a Enrique, pasando la posta.
A tres años de la partida de este Poetazo, que trascendió el Tango, su obra será más valorada aún con el correr del tiempo y la incorporación de las nuevas legiones de público. Los creadores trascienden los tiempos, "después que importa del después".
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