martes, 13 de octubre de 2009

CARLOS GARDEL: 100 AÑOS


(Publicado el 21/1/91)



El siglo transcurrido desde el 11 de diciembre de l890 en Toulousse, hasta el último 11 de diciembre, nos lleva a transitar sendas que aporten la verdadera proyección alcanzada por Nuestro Evocado. Sabemos que la tarea no es fácil, pero lo intentaremos. Lo que se ha escrito y a veces inventado, nos da para afirmar que se han volcado ríos de tinta, sobre inmensas bobinas de papel de diarios, libros, revistas. Sin omitir los comentarios de la prensa oral, películas y obras de teatros, con trascendencia rayando en fantasías tan disparatadas, que nos plantean una pregunta tácita: Cuántos años vivió?? Los 45 años alcanzados no dan para tantos hechos o aventuras que lo marcan, en el centro del relato.
La visión del Artista no tenía límites, así lo manifestó desde 1912 al grabar sus primeras quince canciones camperas, pero va capitalizando experiencias y enseñanzas de dúos, tríos y cuartetos vocales que integró, hasta llegar a su verdadero destino: el Tango/canción en 1917.
Año que registró 24 títulos y un sólo tango (Mi Noche Triste), por 1918 no graba y al año siguiente incluye dos tangos. Recién por 1922 marca una tendencia, graba 44 composiciones y 21 son tangos; en 1923 sobre 59 temas, los tangos llegan a 32. Ingresa así al ritmo porteño, sin olvidar lo campero, creando El Cantor Nacional, pero también transita ritmos americanos, rumbas, bambucos y pasillos colombianos, que van conformado al Intérprete Continental. Su recuerdo en esos vecinos países es de tal magnitud, manifiesta hasta el presente, dado que se guardan un minuto de silencio en las emisiones radiales a las l5,30 de los 24 de junio. Situación que no se observa en el Río de la Plata.
Sus continuos y regulares viajes por Europa y EE. UU. aumentan su perceptiva, que comenzó a pura intuición, comprobando personalmente la evolución de maneras de difundir las canciones, en aquellos medios, sean discos, emisoras radiales y películas cinematográficas. Éstas al plasmar su debut en el celuloide con "Flor de Durazno", no resultó del todo feliz, toda una frustración, hecho que le insumió muchos tiempo en asimilar. Pero comienza a trabajar su físico y viajar con breves intermedios, que lo mantienen ausente de Bs. Aires.
Comenzando en una senda de intérprete internacional, con las grabaciones de las mas variados géneros, así en uno de sus regresos, en la reaparición en una sala porteña, canta una canzoneta napolitana. Situación que mereció una opinión ácida de su amigo Carlos de la Púa, en el vespertino Crítica.
En los últimos meses de 1930, un inquieto Francisco Canaro, con Federico Valle y Eduardo Morera, convencen a Carlos para realizar un "Encuandre de Canciones", éste todavía, con el recuerdo de "Flor de....." titubeó, pero comienzan la filmación. Donde canta y dialoga, con distintas figuras en 15 canciones y casi lúdicamente, se convierte en primer protagonista del cine parlante, de toda el habla hispana. Anticipó en nuestro medio, en tres años con relación a "Tango". Luego filmará con rutina en Francia y EE.UU, cantando tangos y canciones internacionales.
Pero su protagonismo lo lleva por las emisoras de esos lugares, en especial en Nueva York por 1934, en la NBC donde realiza el primer "duplex" cantando desde allí y sus guitarristas, tocan desde nuestra primitiva Radio Rivadavia.
De manera que abundar en conceptos sobre El Cantor, es parcializar según nuestro criterio, la dimensión real que siguió el mismo, difundiendo el arte de esta parte de América, otorgando trascendencia y conocimiento al mundo.
Nos resta comentar sus innumerables andanzas por nuestra ciudad, quizá influido por su amistad con Pedrito Ochoa, será hincha y socio del Racing Club, sus visitas a don Alberto Barceló y a sus amigos de "Leales y Pampeanos". En su primitiva sede un 27 de setiembre de 1933, se lo despidió con motivo de su inminente viaje a Europa, al finalizar la cena, comienza a cantar. Pero fue tal el suceso, que aumentó la cantidad de público, que no había sido convocado. Los organizadores requieren el traslado al local de la Congregación Mariana, de Sarmiento 37, pero tampoco alcanzó. Claro, cantaba Gardel... que más.
Los mismos organizadores requieren "cortarle" el sueño a Don Alberto - Gran amigo de Carlos - y le piden el acceso al Teatro Roma, que será facilitado. Pero también resultó chico, incluso sus puertas fueron abiertas y Cantó Gardel.... para toda la concurrencia que cortaba el tránsito de la calle Sarmiento.
Afortunadamente todavía contamos con algunos vecinos, que fueron testigos de esa histórica función que duró hasta las 3 de la madrugada. Pero la Historia marca que la misma, resultó la despedida tácita de EL Morocho... nunca más volvió...
El 5 de noviembre se realiza en el stud de Francisco Maschio, de Boulogne, la despedida del país. Según el historiador Miguel A. Morena aporta la nómina, casi multitudinaria de artistas, deportistas, actores, autores, músicos, cantantes presentes y señala, en esa concurrida reunión a los integrantes del Centro Gauchesco Leales y Pampeanos. El Conte Biancamano zarpó el 7 a las 22.
Por último al volver los restos del Gran Cantor a Bs. Aires, el 5 de febrero de 1936, dirigentes de nuestra institución nativista, le encargan a la aviadora Carola Lorenzini arroje desde su avioneta un poncho (*) que cubra el féretro de quien fue, es y será el Gran Artista del Tango y Amigo Inseparable de Nuestra Ciudad.

(*)Este poncho se encuentra en el mausoleo de Chacarita.

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