(publicado el 11/12/91)
Celebrando este día, que fue sancionado por Decreto 3781/77 del Gobierno Nacional, a instancias de varios tangueros encabezados por Ben Molar, toman el 11 de diciembre, día que nacieron CARLOS GARDEL y JULIO DE CARO. Muchas fueron las instancias que compartieron estos proto tangueros, en sus distintas carreras siempre innovadoras. Entonces que mejor que evocarlos en un suceso con intervención común.
Hablar de JULIO que junto a su hermano Francisco crearon el sexteto revolucionario de la década del '20 y juntos a otros notables "metieron" al Tango en el pentagrama para siempre. El hecho tuvo como escenario el Palais Meditarranée en Niza, plena Costa Azul, por el año 1931, donde el sexteto estaba actuando como gran atracción.
Contaba Don Julio, que en las primeras ejecuciones, el público estaba indiferente y sorprendido. Ellos estaban vestidos de impecable smockig y el público no salía de su asombro. Quizá algunos todavía, conservarían la imagen de la actuación de los Hermanos Canaro, vestidos de gauchos actuando en París, por 1925.
El sexteto tocaba con su rutina, todo arreglado, en sólos a tutti o variaciones, incluso los italianos presentes no entendían muy bien, el fragmento de la Serenata, de Toselli en violín, al ejecutar El Taita, de Salvador Grupillo. Todo era extraño en la velada y se traducía en aplausos tibios, provocando cierto nerviosismo en los músicos. Pero en la sala estaban dos grandes que acaparaban los aplausos, por su fama y valía, eran dos Carlos más que notables, Gardel y Chaplín. Sobre manera el Gran cantor captó el clima que se iba generando y conocía - sobradamente- a los músicos porteños.
Gardel se incorporó y en perfecta lengua de Moliere, expresó: "Damas y caballeros, éste el mejor conjunto del Río de la Plata actual y merece nuestro aplauso por lo realizado", también se incorporó Chaplin aplaudiendo y se quebró el silencio, por una ovación generalizada.
Así era de solidario y amigo Don Carlos, que le marcó a los jóvenes músicos, su destino triunfal en el viejo Continente.
Que mejor que hoy en el DÍA NACIONAL DEL TANGO, que narrar las incidencias de un viaje a la Costa Azul, donde estuvieron juntos los dos hombres, nacidos en distintos 11 de diciembre, ambos sagitarianos y tangueros brillantes a ultranza.
Hablar de JULIO que junto a su hermano Francisco crearon el sexteto revolucionario de la década del '20 y juntos a otros notables "metieron" al Tango en el pentagrama para siempre. El hecho tuvo como escenario el Palais Meditarranée en Niza, plena Costa Azul, por el año 1931, donde el sexteto estaba actuando como gran atracción.
Contaba Don Julio, que en las primeras ejecuciones, el público estaba indiferente y sorprendido. Ellos estaban vestidos de impecable smockig y el público no salía de su asombro. Quizá algunos todavía, conservarían la imagen de la actuación de los Hermanos Canaro, vestidos de gauchos actuando en París, por 1925.
El sexteto tocaba con su rutina, todo arreglado, en sólos a tutti o variaciones, incluso los italianos presentes no entendían muy bien, el fragmento de la Serenata, de Toselli en violín, al ejecutar El Taita, de Salvador Grupillo. Todo era extraño en la velada y se traducía en aplausos tibios, provocando cierto nerviosismo en los músicos. Pero en la sala estaban dos grandes que acaparaban los aplausos, por su fama y valía, eran dos Carlos más que notables, Gardel y Chaplín. Sobre manera el Gran cantor captó el clima que se iba generando y conocía - sobradamente- a los músicos porteños.
Gardel se incorporó y en perfecta lengua de Moliere, expresó: "Damas y caballeros, éste el mejor conjunto del Río de la Plata actual y merece nuestro aplauso por lo realizado", también se incorporó Chaplin aplaudiendo y se quebró el silencio, por una ovación generalizada.
Así era de solidario y amigo Don Carlos, que le marcó a los jóvenes músicos, su destino triunfal en el viejo Continente.
Que mejor que hoy en el DÍA NACIONAL DEL TANGO, que narrar las incidencias de un viaje a la Costa Azul, donde estuvieron juntos los dos hombres, nacidos en distintos 11 de diciembre, ambos sagitarianos y tangueros brillantes a ultranza.
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