martes, 13 de octubre de 2009

EL SILENCIO DE JORGE DURAN



(publicado 20/8/91)

El 20 de agosto de 1989 se silenció la voz de un cantor notable, JORGE DURÁN, creador de un estilo personal. Profesional de brillante carrera que triunfó desde la década del '40 y que supo sortear las opiniones de famosos y exigentes directores. Nada fácil resultaba la tarea de este joven cuyano, en la gran ciudad; en una época donde todas las principales voces tangueras, se hallaban en la plenitud de sus recursos.
ADOLFO DURÁN nació el 19 de enero de 1924, en San Juan. Debuta profesionalmente en Radio Los Andes en 1943, cantando en La Tropilla de Huachi Pampa, dirigida por Buenaventura Luna.
Su tarea fue reemplazar la voz solista del saliente Antonio Tormo. Todos actúan en Bs. Aires y Nuestro Cantor debuta en la Típica de Emilio Balcarce, donde el presentador del conjunto Julio J. Nelsón, lo rebautiza JORGE. Así ingresó en el Tango.
En la temporada siguiente, por 1945 lo contrata Carlos Di Sarli, canta en bailes, emisoras, cabaret, debuta en discos: en "Que No Sepan las Estrellas", siguen títulos y éxitos personales que marcan su estilo y fraseo, cubriendo las exigencias de tan exigente director. Ejemplos como: Yo, Porteño y Bailarín, Sueño de Juventud, Otra Vez Carnaval, Un Tango y Nada Más, La Vida me Engañó, Soy el Cantor de la Orquesta, Vieja Luna, etc., hasta 1947 que termina su primer incursión en esta orquesta.
Sigue una larga carrera en las principales agrupaciones, como Pedro Laurenz y alterna como solista con guitarras, luego cubre la plaza dejada por Rivero en la orquesta de Salgán. Cantó por breves períodos con Balcarce, entre otros, para llegar a 1950 cuando Basso lo incluye - por primera vez - en su calificado conjunto, las creaciones son notables en cantidad y calidad: Melodía de Arrabal, Mamboretá, En la Vía, Anoche a las dos, etc.
Reitera como solista y por 1953 entra en la Orquesta Símbolo Osmar Maderna, dirigida por Áquiles Roggero, que actuaban en Radio El Mundo, Tango Bar, bailes y discos. Su tarea lo ubica junto a Francisco Rotundo en bailes y radios, hasta que Carlos Di Sarli lo requiere nuevamente para su nueva orquesta, siendo la tercera incursión con el viejo Maestro, compartiendo los cantables con Roberto Florio y una camada de notables solistas como Vardaro, Libertella, Hamlet Greco, Bajour, etc. Alcanza a grabar 19 éxitos, dado que en 1960 fallece el autor de Nido Gaucho.
NUESTRO CANTOR encara su nueva etapa como solista, que comparte con Roberto Florio, en una orquesta muy afiatada que dirige y arregla Orlando Trípodi. Importante repercusión pero se vislumbraba ya, una mala época para el Tango.
Retorna con Basso en 1962 donde será compañero de canto con Floreal Ruiz, graban importantes creaciones, como Contramarca, Hágame el Favor, Tomo y Obligo, más varios dúos con Floreal.
Siempre en todas las etapas JORGE extrajo en cada interpretación, su impecable fraseo y matices personales, por encima de acompañamientos notables donde aportó su personal estilo. Su salud se fue deteriorando, en especial su sistema respiratorio, por su empecinada adición fumadora.
De los últimos tiempos rescatamos, la opinión del Maestro Horacio Salgán, expresó: DURÁN fue una de las voces más importantes que pasaron por mi orquesta; realmente indiscutible por la autoridad de quien lo emite.
Esta evocación es para cerrar el recuerdo, un tanto omitido por la prensa especializada, de un amigo poseedor de un fino humor, que desplegaba en sus narraciones, pícaro, buenazo y mejor Cantor, a quien un músico de Di Sarli, lo bautizó con el mote de "Cajón". Pocos cantores pudieron alternar cualquier estilo, sin perder y aportando siempre lo suyo, que lo incluyó entre las mas personales voces del '40.

La foto en la orquesta de José Basso y junto a Oscar Ferrari.

2 comentarios:

  1. Excelente y muy merecida nota recordando a uno de los más personales cantores de esa época a quien tuve el enorme gusto de conocer, escuchar, y disfrutar en aquella última orquesta del gran maestro Carlos Di Sarli. Junto a Libertella tuve también el placer de ver y escuchar al gran Julián Plaza quien en esa agrupación fue otro de los fueyes que le dieron esa jerarquía orquestal que aún hoy no se han repetido.

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  2. En cada oportunidad que evoquemos su arte resucitamos al hombre que
    nos engalano la vida con su don divino que es el canto, mensajero de
    esperanza en la vida.

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