Triunfó en el mundo.
Tañó arcos y sometió arqueros.
El último 2 de diciembre se cumplió el centenario del nacimiento de un hijo notable de esta orilla del Riachuelo, acaecido en 1901 en nuestra primitiva por entonces Barracas al Sud.
Quizá uno de los más polifacéticos, que lució su impronta en salones o pisando canchas de aquí y Europa. Síntesis de las principales andanzas de RAIMUNDO “Mumo” ORSI.
Desde pibe tuvo dos pasiones fútbol y tangos, estudió y tocó con los cortos al lado de otros pibes (futuros astros tangueros) Fredy Scorticatti y Recio, en Sarmiento y Mitre. Luegó tañó su violín formando nuevo trío junto a Carlos Marcucci y Domingo Riverol, en Café Ferro, de Mitre y Gral Paz, lugares bravos con patotas que sin “fierro o bufoso”, estaban más perdidas que un “yuppie” de nuestros días sin celular.
Comenzó a la vez en las filas rojas por 1922 y en los equipos sucesivos, integrando la delantera de Canaveri, Lalín, Ravaschino, Seoane. En 1926 fueron campeones invíctos. Sus características eran su gran velocidad y facilidad, para eludír hábilmente a sus rivales, jugó en nuestra selección y por 1930 disputando el 1er. Campeonato Mundial en Montevideo, los nuestros estaban concentrados en el hotel La Barra de Santa Lucía (La Razón 12/7/30) cuando se apareció Gardel y sus guitarristas. Cantó El Morocho y le pidió expresamente a Orsi, que sumara su violín al acompañamiento.
Llega a la Juventus de Italia, triunfa y será nacionalizado para integrar la “escuadra azurra” con más argentinos Guaita, Monti y Demaría; serán Campeones mundiales en 1934. Pero el auge argentino en Italia era masivo, estaban Stábile, Cesarini, Pratto, Ludueña Chini, Libonatti y otros. La prensa itálica destacaba a “Mumo”, como el mejor de Italia, otros extendían la calificación a toda Europa. Según se publicó en Nápoles, por mayo del ‘31, firmando Argo y reproducida aquí por Caras y Caretas, (23/12/33) Expresan que Orsi y Libonati trajeron a Italia, el juego científico “A la argentina”(sic). Retorna en 1935 se incorpora a Independiente, pasa por Boca, Platense y Almagro, últimas actuaciones en nuestro medio por 1938. Sigue en Peñarol y otras entidades extranjeras, para terminar así una carrera brillante.
Analistas de nuestro medio consideran a Raimundo Orsi como uno de los punteros izquierdos más notables, que superaron épocas; junto a Onzari, el “Chueco” García y Félix Lostau.
Con sus ansias viajeras algo atenuadas, se radica en nuestra Capital y vuelve a la noche porteña, a sus tangos, sin duda uno de sus primeros berretines y se reencuentra con sus antiguos colegas como Scorticati y Marcucci, entre otros y, vuelve al “nocturno jarangón”; lo transita en plenitud, sin obligaciones deportivas, tenía como compinches a otros cajetillas (también ex futbolistas) como Antonio Demare, Renato Cesarini y los juveniles valores - por entonces - Pedernera y Moreno.
Frecuentaban el teatro Maipo y al terminar la función con las coristas (todavía no existían las vedettes) iban a bailar y/o escuchar a “Pichuco”, en Marabú, con Manolo Meaños, Katunga Contursi, Fidel Pintos, Tito Maida, el Negro Mora y otros.
Sus charlas con el "Tano" Cesarini eran interminables, sobre el fútbol y esto hizo primero que "Mumo", intentara suerte en el periodismo deportivo de la época, saliendo al aire por varios espacios de las emisoras porteñas.
Pero tentado por la liga mendocina emigrará a la "Tierra del sol y del buen vino" dirigiendo varios equipos de aquellas tierras, hasta que un día desde Maipú envía su descubrimiento, a nuestra ciudad. Era el delantero N° 9 que hará "roncha" llamado Pedro Waldemar Manfredini, que su velocidad y potencia será sensación en Rácing y en todo el medio nacional. Ello permitió que la "Academia" lo venda para el fútbol italiano. Es decir como DT, también supo triunfar
Entendemos que evocar a un hijo ilustre del viejo Barracas al Sud, que asimiló los cambios de las nuevas posiciones que transitaba, mostrando su ubicuidad y hombría de bien como lo hizo don RAIMUNDO ORSI, es honrar a nuestros ancestros. Integrando nuestras raíces populares, que componen la Cultura y el Deporte Sin rótulos o calificativos estériles. Este notable futbolista y músico que supo enaltecer a nuestro terruño avellanedense en el mundo, partió físicamente el 6 de abril de 1986.
El último 2 de diciembre se cumplió el centenario del nacimiento de un hijo notable de esta orilla del Riachuelo, acaecido en 1901 en nuestra primitiva por entonces Barracas al Sud.
Quizá uno de los más polifacéticos, que lució su impronta en salones o pisando canchas de aquí y Europa. Síntesis de las principales andanzas de RAIMUNDO “Mumo” ORSI.
Desde pibe tuvo dos pasiones fútbol y tangos, estudió y tocó con los cortos al lado de otros pibes (futuros astros tangueros) Fredy Scorticatti y Recio, en Sarmiento y Mitre. Luegó tañó su violín formando nuevo trío junto a Carlos Marcucci y Domingo Riverol, en Café Ferro, de Mitre y Gral Paz, lugares bravos con patotas que sin “fierro o bufoso”, estaban más perdidas que un “yuppie” de nuestros días sin celular.
Comenzó a la vez en las filas rojas por 1922 y en los equipos sucesivos, integrando la delantera de Canaveri, Lalín, Ravaschino, Seoane. En 1926 fueron campeones invíctos. Sus características eran su gran velocidad y facilidad, para eludír hábilmente a sus rivales, jugó en nuestra selección y por 1930 disputando el 1er. Campeonato Mundial en Montevideo, los nuestros estaban concentrados en el hotel La Barra de Santa Lucía (La Razón 12/7/30) cuando se apareció Gardel y sus guitarristas. Cantó El Morocho y le pidió expresamente a Orsi, que sumara su violín al acompañamiento.
Llega a la Juventus de Italia, triunfa y será nacionalizado para integrar la “escuadra azurra” con más argentinos Guaita, Monti y Demaría; serán Campeones mundiales en 1934. Pero el auge argentino en Italia era masivo, estaban Stábile, Cesarini, Pratto, Ludueña Chini, Libonatti y otros. La prensa itálica destacaba a “Mumo”, como el mejor de Italia, otros extendían la calificación a toda Europa. Según se publicó en Nápoles, por mayo del ‘31, firmando Argo y reproducida aquí por Caras y Caretas, (23/12/33) Expresan que Orsi y Libonati trajeron a Italia, el juego científico “A la argentina”(sic). Retorna en 1935 se incorpora a Independiente, pasa por Boca, Platense y Almagro, últimas actuaciones en nuestro medio por 1938. Sigue en Peñarol y otras entidades extranjeras, para terminar así una carrera brillante.
Analistas de nuestro medio consideran a Raimundo Orsi como uno de los punteros izquierdos más notables, que superaron épocas; junto a Onzari, el “Chueco” García y Félix Lostau.
Con sus ansias viajeras algo atenuadas, se radica en nuestra Capital y vuelve a la noche porteña, a sus tangos, sin duda uno de sus primeros berretines y se reencuentra con sus antiguos colegas como Scorticati y Marcucci, entre otros y, vuelve al “nocturno jarangón”; lo transita en plenitud, sin obligaciones deportivas, tenía como compinches a otros cajetillas (también ex futbolistas) como Antonio Demare, Renato Cesarini y los juveniles valores - por entonces - Pedernera y Moreno.
Frecuentaban el teatro Maipo y al terminar la función con las coristas (todavía no existían las vedettes) iban a bailar y/o escuchar a “Pichuco”, en Marabú, con Manolo Meaños, Katunga Contursi, Fidel Pintos, Tito Maida, el Negro Mora y otros.
Sus charlas con el "Tano" Cesarini eran interminables, sobre el fútbol y esto hizo primero que "Mumo", intentara suerte en el periodismo deportivo de la época, saliendo al aire por varios espacios de las emisoras porteñas.
Pero tentado por la liga mendocina emigrará a la "Tierra del sol y del buen vino" dirigiendo varios equipos de aquellas tierras, hasta que un día desde Maipú envía su descubrimiento, a nuestra ciudad. Era el delantero N° 9 que hará "roncha" llamado Pedro Waldemar Manfredini, que su velocidad y potencia será sensación en Rácing y en todo el medio nacional. Ello permitió que la "Academia" lo venda para el fútbol italiano. Es decir como DT, también supo triunfar
Entendemos que evocar a un hijo ilustre del viejo Barracas al Sud, que asimiló los cambios de las nuevas posiciones que transitaba, mostrando su ubicuidad y hombría de bien como lo hizo don RAIMUNDO ORSI, es honrar a nuestros ancestros. Integrando nuestras raíces populares, que componen la Cultura y el Deporte Sin rótulos o calificativos estériles. Este notable futbolista y músico que supo enaltecer a nuestro terruño avellanedense en el mundo, partió físicamente el 6 de abril de 1986.
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