(publicado 29/9/00)
Hoy se cumplen dos meses del paso a la inmortalidad, de uno de los argentinos más ilustres del siglo 20, el DOCTOR RENÉ FAVALORO. Quiza el más notable.
Superando todas las consideraciones, lo quiero evocar en los encuentros personales y/o colectivos, que presencié; con el genial cirujano disertando en distintos lugares. Citaré los últimos donde demostró, sus amplios conocimientos sobre la Historia Nacional y Americana.
En una disertación suya efectuada en el salón del Club Independiente, improvisó sobre sus vacaciones en nuestra ciudad, durante los meses de verano, por varios años. Narró que un tío médico residente aquí, lo hacía viajar desde Berisso. A veces él llegaba y se encontraba con la novedad, a veces repetida: que su tío estaba preso, ya que no comulgaba con Barceló, e incluso declaró simpatía por lo rojos, a pesar de su inclaudicable fervor por Gimnasia y Esgrima platense.
Contó que ese tío fue quien marcó la carrera, heredando con el tiempo todo su instrumental, más otros hechos del anecdotario familiar. Donde evidenció sus notables dotes de orador, es decir no era lo dicho, sino como lo expresaba, con genialidad y simpleza.
En otro oportunidad en los salones de la ex Caja de Ahorro Postal, de Plaza del Congreso, fui invitado por mi amigo Roberto Pérsico, que en esa ocasión me presentó, a otro futuro amigo, el Dr. Aurelio Gallego.
En la misma disertó FAVALORO sobre la epopeya que realizaron los integrantes de las republiquetas, de nuestro continente, encabezados por el capitán Manuel Padilla y su esposa Juana Azurduy, contra el yugo español. Movimiento de anticipación y apoyo de la gesta libertadora continental, que tuviera en los Hombres de Mayo, Guemes y San Martín sus líderes más preclaros.
En nuestro regreso para Avellaneda, los tres no salíamos del asombro, que semejante personaje nos causó, entre admiración y extrañeza, pensando que era conductor de tiempos e instancias entre quirófanos, al ritmo marcado por una decenas de intervenciones personales diarias u otras, que supervisaba también. Pero además la inmensa tarea de administrar su Fundación (disparadora del suicidio), se hiciera tiempo para sus conferencias y por añadidura, escribir sus textos sobre Historia y los de su especialidad.
En otro oportunidad en SADE (central), compartió una mesa sobre poesía, demostrando su erudición en el tema, el auditorio estaba asombrado, casi onnubilado, los aplausos dieron un cierre más que cálidos a cada una de su intervenciones.
Un privilegio inolvidable, haber asisitido a los encuentros señalados, que marcaron hondo en las sensibilidades de todos los presentes, por eso pienso que aquel 29 de julio, todos los argentinos morimos un poco. Su estatura moral de incalculable dimensión, deberá ser espejo, faro y guía de todas las generaciones venideras. Sintetizando... EL EJEMPLO, sin más.
Estas sentidas palabras quisieron recordar aun notable y simple, a la vez; que buscó la inmolación para cerrar una vida con tantas facetas y todas destacadas.
Que lástima que los supuestos dirigentes, que no son tales, sino simples amanuenses de los factores del poder internacional, que los lleva a sentarse en el edificio de Balcarce 50 y juran por Dios y por la Patria, les resbaló la carta dejada, no entendieron y encima, metafóricamente, apretaron la mano de FAVOLORO, en el tiro final.
Superando todas las consideraciones, lo quiero evocar en los encuentros personales y/o colectivos, que presencié; con el genial cirujano disertando en distintos lugares. Citaré los últimos donde demostró, sus amplios conocimientos sobre la Historia Nacional y Americana.
En una disertación suya efectuada en el salón del Club Independiente, improvisó sobre sus vacaciones en nuestra ciudad, durante los meses de verano, por varios años. Narró que un tío médico residente aquí, lo hacía viajar desde Berisso. A veces él llegaba y se encontraba con la novedad, a veces repetida: que su tío estaba preso, ya que no comulgaba con Barceló, e incluso declaró simpatía por lo rojos, a pesar de su inclaudicable fervor por Gimnasia y Esgrima platense.
Contó que ese tío fue quien marcó la carrera, heredando con el tiempo todo su instrumental, más otros hechos del anecdotario familiar. Donde evidenció sus notables dotes de orador, es decir no era lo dicho, sino como lo expresaba, con genialidad y simpleza.
En otro oportunidad en los salones de la ex Caja de Ahorro Postal, de Plaza del Congreso, fui invitado por mi amigo Roberto Pérsico, que en esa ocasión me presentó, a otro futuro amigo, el Dr. Aurelio Gallego.
En la misma disertó FAVALORO sobre la epopeya que realizaron los integrantes de las republiquetas, de nuestro continente, encabezados por el capitán Manuel Padilla y su esposa Juana Azurduy, contra el yugo español. Movimiento de anticipación y apoyo de la gesta libertadora continental, que tuviera en los Hombres de Mayo, Guemes y San Martín sus líderes más preclaros.
En nuestro regreso para Avellaneda, los tres no salíamos del asombro, que semejante personaje nos causó, entre admiración y extrañeza, pensando que era conductor de tiempos e instancias entre quirófanos, al ritmo marcado por una decenas de intervenciones personales diarias u otras, que supervisaba también. Pero además la inmensa tarea de administrar su Fundación (disparadora del suicidio), se hiciera tiempo para sus conferencias y por añadidura, escribir sus textos sobre Historia y los de su especialidad.
En otro oportunidad en SADE (central), compartió una mesa sobre poesía, demostrando su erudición en el tema, el auditorio estaba asombrado, casi onnubilado, los aplausos dieron un cierre más que cálidos a cada una de su intervenciones.
Un privilegio inolvidable, haber asisitido a los encuentros señalados, que marcaron hondo en las sensibilidades de todos los presentes, por eso pienso que aquel 29 de julio, todos los argentinos morimos un poco. Su estatura moral de incalculable dimensión, deberá ser espejo, faro y guía de todas las generaciones venideras. Sintetizando... EL EJEMPLO, sin más.
Estas sentidas palabras quisieron recordar aun notable y simple, a la vez; que buscó la inmolación para cerrar una vida con tantas facetas y todas destacadas.
Que lástima que los supuestos dirigentes, que no son tales, sino simples amanuenses de los factores del poder internacional, que los lleva a sentarse en el edificio de Balcarce 50 y juran por Dios y por la Patria, les resbaló la carta dejada, no entendieron y encima, metafóricamente, apretaron la mano de FAVOLORO, en el tiro final.
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